Viña del Mar y sus cerros sufrieron incendios mortales e inolvidables a principios de febrero. Rápidamente la sociedad civil, empresarios, voluntarios y cientos de vecinos anónimos se organizaron para ayudar y solidarizar con el afectado: su prójimo. Lamentablemente algunas autoridades locales, regionales y nacionales antepusieron su propia agenda ideológica y electoral por sobre la tragedia y las urgencias. Hablan de números, de procesos y de plazos relegando las necesidades y prioridades materiales e inmateriales.
Hoy tenemos a vecinos durmiendo en carpas y nuevos campamentos improvisados, a los cuales después de más de veinte días recién llegaron baños químicos. En paralelo, trascurre el Festival de la canción en tono solidario al menos en las palabras y en un par de imágenes durante la transmisión, además de ir nombrando a los cerros afectados noche a noche, cerros que al pronunciarlos no fluyen en voz de los animadores. Algunos artistas también han hecho mención sobre los afectados, han realizado aportes y visitas a los sectores. En la primera noche del festival vimos a la autoridad comunal levantar un cartel solicitando una ley aprovechando las cámaras, su cargo y su asiento privilegiado en segundos mediáticos y exclusivos desde la Quinta Vergara, esa antigua hacienda de los fundadores de la ciudad, lamentablemente tras el actuar de la alcaldesa proponemos cambiar el nombre a la Quinta de la Vergüenza.
Atte. Rodrigo Ojeda – Vecino y Profesor de Historia.