Una afrenta a la tradición judeocristiana y a los valores de Occidente
El ultraje de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Francia 2024
Los Juegos Olímpicos siempre han sido un símbolo de unidad, competencia sana y celebración de la excelencia humana. Sin embargo, la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Francia 2024 ha sido una lamentable excepción de la degradación moral a esta noble tradición. En lugar de honrar los valores universales que han guiado a nuestra civilización durante siglos, esta ceremonia fue un flagrante atentado contra la tradición judeocristiana, los valores de una sociedad libre y el respeto al credo cristiano.
El INICIO
Desde el inicio, la ceremonia se destacó por una performance que no solo fue degradante, sino explícitamente profana y sexualmente grotesca. Lejos de ser una celebración de la diversidad y la inclusión, se presentó como una amenaza explícita a Occidente y sus creencias fundamentales. En lugar de elevar el espíritu humano, se optó por exaltar una visión políticamente cargada de depravación sexual bajo la bandera del movimiento woke.
La representación de figuras religiosas y símbolos sagrados de manera irreverente y burlesca no solo ofendió a los cristianos, sino que socavó los principios de respeto y tolerancia que deben regir en una sociedad pluralista. La insistencia en mostrar escenas explícitas y provocativas, carentes de cualquier contenido artístico significativo, no solo fue un insulto a la tradición judeocristiana, sino también una burla a los valores de una sociedad que se precia de ser libre y respetuosa de todas las creencias.
Más allá del contenido, el mensaje subyacente de la ceremonia fue preocupante. En un momento en que Occidente enfrenta múltiples desafíos, la elección de glorificar una narrativa de depravación y decadencia no solo es irresponsable, sino también peligrosa.
En lugar de promover la unidad y el entendimiento, se fomentó la división y el desprecio hacia aquellos que mantienen valores tradicionales.
Es imperativo que eventos de la magnitud de los Juegos Olímpicos se utilicen como plataformas para la unión y el respeto mutuo. La ceremonia de apertura de Francia 2024, lamentablemente, falló en esta misión. En su lugar, se convirtió en un escenario para la promoción de agendas divisivas y ofensivas, que no reflejan el espíritu de fraternidad y competencia sana que deberían caracterizar a los Juegos Olímpicos.
He concluido…
En definitiva, lo que debería haber sido una celebración de la excelencia humana y la unidad global se transformó en una exhibición de irreverencia y provocación. La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Francia 2024 no solo falló en honrar nuestra rica herencia cultural y religiosa, sino que también representó una amenaza explícita a los valores fundamentales que sostienen a nuestra sociedad. Es crucial que hagamos una reflexión profunda sobre el rumbo que estamos tomando y trabajemos juntos para preservar los principios que han sido la base de nuestra civilización durante siglos.
Como homosexual abiertamente reconocido, me es imperioso hacer notar estos aspectos vistos por televisión a nivel mundial, esto no es progreso, mucho menos algo que se deba volver a tolerar.
