Con una resolución superior a 3.2 gigapíxeles, un peso de casi tres toneladas y la ambiciosa tarea de llevar a cabo una exploración sin precedentes durante una década, la cámara digital más grande jamás construida para astronomía óptica está lista para ser instalada bajo los claros cielos del norte de Chile.
Las piezas necesarias para montar el Observatorio Vera C. Rubin, que incluye un telescopio terrestre y la cámara, viajaron en varios vehículos hasta la cima del Cerro Pachón, en la región de Coquimbo, al borde del desierto de Atacama, a unos 565 kilómetros al norte de Santiago.
«Todo lo que necesitábamos para las operaciones está ahora en la cumbre y listo para su verificación y, con suerte, para su instalación un poco más adelante este año», dijo Stuartt Corder, director científico de la asociación de universidades AURA y subdirector del centro NOIRLab, que operará el observatorio.
El Observatorio Rubin
Según su sitio web, el Observatorio Rubin es un sistema complejo e integrado que consta de un telescopio terrestre de ocho metros de ancho, una cámara y un sistema de procesamiento de datos automatizado.
Generará aproximadamente 20 terabytes de datos por noche y su exploración de diez años producirá una base de datos de catálogo de 15 petabytes.
El objetivo de la exploración será comprender la naturaleza de la energía y la materia oscuras en el universo, de las que solo se conoce una pequeña parte, así como estudiar la posibilidad de que la Tierra colisione con asteroides cercanos al sol.
«Ese es un momento realmente inspirador en el que se puede decir: estamos comenzando. Estamos aquí al borde del precipicio, preparándonos para iniciar una campaña que, dentro de diez años, esperamos responda las preguntas de… cuándo se formó el universo y comenzó a moverse… y cómo seguirá evolucionando en el futuro».
Es posible que el resultado no se aparte de lo que ya sabemos, pero ayudará a refinar nuestra comprensión del universo, dijo Corder.
AURA es un consorcio de 47 instituciones estadounidenses y tres filiales internacionales que operan observatorios astronómicos para la Fundación Nacional de Ciencias y la NASA. Se encarga de gestionar, entre otros, el centro NOIRLab.
Chile alberga gran parte de la inversión mundial en astronomía gracias a los cielos despejados de su desierto de Atacama, el desierto más seco de la tierra.
Fuente: The Epoch Times en español