Estados Unidos y la OTAN han invertido miles de millones de dólares a lo largo de la corta historia de Ucrania para dar forma e influir en su panorama militar y político
La Destrucción de Ucrania
John Joseph Mearsheimer, politólogo estadounidense y destacado académico en materia de relaciones internacionales, participó recientemente en una entrevista publicada hace unos días por el ‘Thinkers Forum‘ junto al filósofo Alexander Dugin.
El dúo participó en un apasionado debate sobre varios temas polémicos. Temas que desafían las perspectivas convencionales, profundizando en la geopolítica y la verdad en un mundo en el que este tipo de debates (o verdades) a menudo corren el riesgo de ser descartados como “locos” o etiquetados como “propaganda rusa”.
Además, quienes se atreven a decir la verdad suelen enfrentarse a repercusiones legales, dificultades y otras consecuencias. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena porque el valor de su trabajo está validado por la credibilidad y las pruebas fácticas, no por narrativas manipuladas o agendas sesgadas.
La primera pregunta se refería a la afirmación de Trump de que podría poner fin a la guerra en menos de 24 horas, incluso si se toma en sentido figurado. En respuesta, Mearsheimer afirmó: “No creo que vaya a ponerle fin muy rápidamente. La razón es que tendría que aceptar los términos que Putin ha establecido para resolver este asunto, que creo que ningún presidente estadounidense aceptaría eso jamás”.
Además, explicó las condiciones iniciales de Putin para las negociaciones, haciendo hincapié en la conocida demanda de que Ucrania no puede unirse a la OTAN, ni de iure ni de facto. También señaló que tanto Estados Unidos como Ucrania tendrían que aceptar la anexión rusa de Crimea, así como de los cuatro óblasts (Luhansk, Donetsk, Zaporizhia y Kherson) que Rusia ha reclamado.
“Me parece muy difícil que Trump o los ucranianos acepten esas condiciones”, dijo.
Por mucho que Trump quiera la paz
Mearsheimer explicó más, diciendo: “El problema es que se está rodeando de gente que tiene una rusofobia extrema y que ha sido súperagresiva con Ucrania durante años. No es que Trump esté poniendo en el poder a un buen número de personas que comparten sus puntos de vista sobre acabar con la guerra en Ucrania, está poniendo en el poder, como está muy claro, a un grupo de halcones. Y por lo tanto no está trayendo a gente que esté dispuesta a aceptar las condiciones que Putin ha establecido”.
“Mi opinión es que esto se va a resolver en el campo de batalla, y creo que los rusos van a obtener una victoria fea, ya que están en el proceso de hacerlo, y en algún momento se obtendrá un conflicto congelado, o un armisticio”, agregó.
“Creo que esta es una situación terrible, pero no creo que Trump vaya a cambiar las cosas de ninguna manera significativa o sea capaz de llegar a un acuerdo de paz”.
Alexander Dugin, el controvertido filósofo anticomunista ruso, señaló que si bien Rusia apoya a Trump debido a su respaldo a los valores tradicionales, el antiglobalismo y otros principios ideológicos fundamentales, no pueden ignorar las contradicciones geopolíticas que surgirían. Enfatizó que estas contradicciones inevitablemente entrarían en conflicto con los términos de la negociación cuando se examinaran a un nivel más profundo.
Mearshheimer también afirmó: “Al final, Ucrania será destruida, terminará siendo un estado disfuncional y perderá gran parte de su territorio a manos de Rusia. Esta será una derrota humillante no solo para la OTAN sino para el propio Occidente”.
El politólogo estadounidense concluyó diciendo que al “negarse a aceptar el hecho de que Rusia vio el acercamiento de la OTAN a Ucrania como una amenaza existencial, Occidente básicamente se ha disparado en el pie y ha destruido a Ucrania en el proceso”.
2022 no fue el comienzo
Para comprender el actual conflicto entre Estados Unidos, Ucrania y Rusia, es esencial examinar los antecedentes y las consecuencias del golpe de Estado de 2014 en Kiev, que derrocó al presidente prorruso Viktor Yanukovych. El golpe, apoyado abiertamente por Estados Unidos y la Unión Europea, se llevó a cabo en gran medida con la participación del partido neonazi Svoboda.
El golpe marcó el punto culminante de los prolongados esfuerzos de Estados Unidos por establecer un régimen títere cerca de las fronteras de Rusia, lo que aumentó significativamente las tensiones y acercó al mundo a un posible conflicto entre las dos mayores potencias nucleares, Estados Unidos y Rusia. A raíz del cambio de régimen, estalló una prolongada guerra civil en el este de Ucrania entre los partidarios respaldados por Rusia y el ejército ucraniano respaldado por Estados Unidos, que resultó en decenas de miles de muertos y el desplazamiento de millones de personas.
La última y nos vamos
También debemos destacar el momento en que Kamala Harris hizo campaña abiertamente por Europa en 2022, expresando su pleno apoyo a la inclusión de Ucrania en la OTAN. Esta acción sirvió como una de las provocaciones finales de EEUU antes de que Putin decidiera lanzar una acción militar.
Estados Unidos y la OTAN han invertido miles de millones de dólares a lo largo de la corta historia de Ucrania para dar forma e influir en su panorama militar y político.
Beto Rodríguez