contacto@arca.news 

Los muchachos del FA (muletilla de Garin), hablan más de lo necesario y están entrampados en vanidades, excesos y trasnoches, redes sociales y la cultura del pantallazo con ese: “todo lo que escribas puede ser usado en tu contra”

Los muchachos

El Frente Amplio (FA) llegó para quedarse. Es un partido de izquierda y “una herramienta de cambio, al servicio de las personas”, de los “problemas complejos e incertidumbres” de la sociedad chilena, según sus encuentros programáticos. En paralelo, están confeccionando su estrategia electoral, presidencial y parlamentaria. Están “al aguaite” y dispuestos a sacrificar a más de un becerro o compañera.

El FA posee un componente generacional que ya no pasa desapercibido y es un arquetipo de “hacer política”, en el cual todo está permitido.

Desde lo indiscreto reaparece y muestra lo oculto

Renato Garin, los conoce bien tras su paso por el vanguardismo. Reconoce los lotes e identidades, las purgas y egos, incluso las rivalidades entre el centralismo y lo porteño.

Sostiene que existe un “sentido de misión” al estilo jesuita en no pocos, una especie de resurgimiento de los “cristianos por el socialismo” con la impronta del pastor Atria.

En Boric, ve a un “demagogo” y un “líder errático”, un candidato permanente y un dirigente que se “salva solo”.

Los muchachos del FA (muletilla de Garin), hablan más de lo necesario y están entrampados en vanidades, excesos y trasnoches, redes sociales y la cultura del pantallazo con ese: “todo lo que escribas puede ser usado en tu contra”.

Lo que antes denunciaron y usaron como plataforma, hoy se desvanece, por ejemplo, sus condenas al lobby, a la transición y la concertación.

Lo importante es aferrarse al poder, dicho en simple, les sirven todas las micros. Están exprimiendo hasta la última gota los logros “del movimiento estudiantil” que los llevó al poder, pero rodeados de una emocionalidad y un desprecio por la racionalidad, y esa pulsión por imponer un “legado del gobierno”.

Es “una generación decadente” de “fragilidad moral, técnica y política de gran parte de sus integrantes y líderes”. Alberto Mayol, ve en los muchachos algo que no es accidental, es real en ellos, la “ausencia de límites y la banalidad moral”. Incapaces de “priorizar el bien colectivo sobre los intereses individuales o grupales”, no han superado su etapa de dirigentes estudiantiles y creen estar dotados de un status o aceptación general en sus declaraciones y comportamientos.

Ya es cotidiano el abuso y mal uso de sus privilegios sin sonrojarse, ni siquiera al utilizar la “traición” en sus filas. El FA es una cultura “política y académica basada en operaciones y presiones, antes que el mérito y la ética”. Mayol lo padeció y advierte: “la incapacidad de esta generación para enfrentar con seriedad los desafíos políticos”.

El FA transita por un ambiente embarazoso y de embarazos, sumado al victimismo comunicacional y la frivolidad, con el objetivo de “reinventarse” en un año electoral.

Chocan con la realidad, pero la interpretan a su antojo, además de desligarse de sus responsabilidades mediante comunicados.

La “diputada veloz” refleja lo anterior, tras las versiones de la prensa decidió aclarar siguiendo el manual. Reconoció que colisionó con la berma, debido a un “estado de shock”, fue una “equivocada reacción” originada en “el estrés de ser víctima de la delincuencia” y la existencia de una “crisis de inseguridad”.

Omite, omite, que algo queda.

Una nueva puesta en escena que está en duda porque, labor indiscreta ha demostrado que esa minuta es parcial, posiblemente, la mascarilla utilizada por la diputada no será suficiente para encubrir los “porfiados hechos”, parafraseando a Gonzalo Vial. La decadencia política continúa.

Rodrigo Ojeda – Profesor de Historia

ARCA.NEWS

Artículos relacionados

Proceso Insurreccional. Asedio a las democracias liberales (2024), de Andrés Barrientos y Bastián Gajardo, recuerda y advierte Octubre

El Canal de Panamá es una maravilla de la ingeniería humana, un testimonio del ingenio y un brillante

El teléfono presidencial Durante la Guerra Fría el mundo se dividió en polos beligerantes, la amenaza nuclear y

La casa de papel Recrea una banda dispuesta a ejecutar un plan perfecto mediante un diseño coordinado para