La Asociación Americana de Pediatría recomienda la prohibición del uso de hormonas y procedimientos de reasignación de sexo en menores de edad
Un grupo numeroso de médicos ha firmado una declaración instando a las principales instituciones de salud para revisar y modificar sus protocolos, siguiendo el ejemplo de varios países europeos que rectifican sus protocolos
Países como Finlandia, Noruega, Suecia, Reino Unido y Francia son ejemplos de naciones que han sido pioneras en la implementación de medidas y leyes trans que facilitan el acceso de menores a tratamientos de reasignación de sexo. Estos procedimientos incluyen la administración de bloqueadores de pubertad y hormonas cruzadas. En numerosos casos, dichos procedimientos no requerían que el menor se sometiera a un examen psicológico previo.
Progresivamente, estos países han ajustado sus regulaciones incorporando la obligatoriedad de una evaluación psicológica y restringiendo la prescripción de estas sustancias a menores únicamente en casos excepcionales. Tal y como sugería hace unos meses el Informe Cass. Esta investigación, liderada por la doctora Hilary Cass, concluye que el tratamiento médico no es necesariamente la mejor opción para los adolescentes con disforia de género. Por consiguiente, propone que no se les recete estos tratamientos sin haber evaluado previamente su salud mental y condiciones psicosociales.
A estas observaciones se suman ahora los integrantes del Colegio Americano de Pediatras.
Junto con otros profesionales de la salud, que forman parte de diversas organizaciones médicas en todo Estados Unidos, han firmado la Declaración de Médicos que Protegen a los Niños. En este documento, solicitan a las principales instituciones médicas del país que cesen los protocolos actuales destinados a niños y adolescentes con disforia de género. Dichos protocolos incluyen la promoción de la afirmación de género, el uso de bloqueadores de pubertad, las hormonas cruzadas e incluso intervenciones quirúrgicas.
Numerosas organizaciones del país se han sumado a la declaración, entre ellas la Alianza para la Medicina Hipocrática, el Colegio Americano de Medicina Familiar, la Asociación de Médicos y Cirujanos Americanos, la Asociación Nacional de Enfermeras Católicas y el Centro Nacional Católico de Bioética.
Profesionales de diversos credos y asociaciones no confesionales también han expresado su apoyo.
Estas organizaciones dicen que existe una gran cantidad de investigaciones, estudios científicos y pruebas que sugieren que las cirugías, los bloqueadores de la pubertad y las hormonas cruzadas pueden ocasionar graves daños a los menores con disforia, sin aportar mejoras significativas a su bienestar físico o mental.
Por este motivo, la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Médica Estadounidense, la Asociación Psicológica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente hace un llamado a entidades públicas para que respalden las investigaciones que evidencian lo inútil de la hormonización de los niños y promuevan evaluaciones integrales de tratamientos para jóvenes con disforia de género.
Estas entidades han adoptado las líneas guía de la WPATH (The World Professional Association for Transgender Health), la asociación mundial de salud transgénero que propone directrices a los legisladores en varios países. Los firmantes de la declaración invitan a estas asociaciones a desvincularse de la WPATH y a fijarse en la tendencia europea que ha modificado los protocolos de actuación en menores.