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¿Qué esperar de la economía mundial en 2024?

Ahora bien, todo parece indicar que la economía mundial en 2024 estará marcada por cuatro tendencias: desaceleración, desinflación, deuda y desglobalización.

El mercado espera un buen año, pero hay riesgos: desaceleración, desinflación, deuda y desglobalización.

¿Qué esperar de la economía mundial en 2024?

¿Qué esperar de la economía mundial en 2024?

Lo que pensamos sobre el futuro no es el futuro. O sea, las expectativas no son una certeza. Son solo una apuesta. El mercado en este momento está muy convencido de que el 2024 será un buen año. Esto explica el optimismo actual. Es decir, no es un accidente que los inversores estén comprando activos. Y con sus compras han alzado los precios de activos como acciones tecnológicas y Bitcoin.

Pero esto no significa que el 2024 vaya a ser realmente un buen año. Solo significa que el mercado lo espera. Y el mercado puede equivocarse. De hecho, suele equivocarse con frecuencia.

Basándome en un artículo de El País sobre la economía mundial en 2024, voy a exponer las cuatro tendencias que podrían marcar el panorama económico global el año que viene. Estas tendencias son: desaceleración, desinflación, deuda y desglobalización.

Desaceleración

La primera tendencia es la desaceleración. El crecimiento económico mundial se desacelerará. Esta desaceleración se debe a una serie de factores, como el aumento de los tipos de interés, la guerra en Ucrania y la ralentización del crecimiento en China.

El aumento de los tipos de interés es una consecuencia de la política monetaria restrictiva que están aplicando los principales bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo. Estos bancos están subiendo los tipos para contener la inflación y normalizar la situación tras la crisis del coronavirus. Sin embargo, esta medida también tiene efectos negativos, como el encarecimiento del crédito, la reducción de la inversión y el consumo, y la presión sobre los mercados emergentes.

La guerra en Ucrania es otro factor que afecta a la economía mundial. La guerra ha interrumpido el suministro de gas natural desde Rusia a Europa, ha aumentado el riesgo de sanciones y represalias comerciales, y ha creado un clima de incertidumbre e inestabilidad.

La ralentización del crecimiento en China es otro factor que influye en la desaceleración. Esto se debe a la transición de un modelo basado en la inversión y la exportación a uno más centrado en el consumo y los servicios, así como a los problemas estructurales que arrastra el país, como el envejecimiento de la población, la deuda, la corrupción y la contaminación.

Desinflación

La segunda tendencia es la desinflación. La inflación se moderará en 2024. Esto se debe a la desaceleración económica y al aumento de la oferta de productos y servicios.

La desaceleración económica reduce la demanda de bienes y servicios, lo que a su vez presiona a la baja los precios. Además, la guerra en Ucrania y el aumento de los tipos de interés también contribuyen a enfriar la actividad económica y a contener la inflación.

La desinflación es una buena noticia para los consumidores, que ven aumentar su poder adquisitivo, y para los prestamistas, que ven aumentar el valor del dinero. Sin embargo, también tiene riesgos, como el de caer en una espiral deflacionaria, en la que los precios bajan de forma persistente y los agentes económicos retrasan sus decisiones de gasto e inversión, lo que a su vez agrava la desaceleración.

Deuda

La tercera tendencia es la deuda. La deuda pública y privada seguirá aumentando en 2024. La deuda pública mundial se situará en el 97% del PIB, mientras que la deuda privada alcanzará el 230% del PIB. Este aumento de la deuda se debe a la respuesta fiscal y monetaria que se ha dado a la crisis del coronavirus, así como a la falta de reformas estructurales que mejoren la productividad y el crecimiento potencial.

La deuda no es un problema en sí mismo, siempre y cuando sea sostenible y productiva. Es decir, siempre y cuando los ingresos que genera sean suficientes para pagar los intereses y el principal, y siempre y cuando se destine a proyectos que mejoren la capacidad productiva de la economía. Sin embargo, si la deuda es insostenible o improductiva, puede provocar problemas financieros, como crisis de solvencia, impagos, quiebras o rescates.

Desglobalización

La cuarta tendencia es la desglobalización. Esta tendencia se debe a una serie de factores, como la guerra en Ucrania, el aumento de los nacionalismos y la fragmentación de las cadenas de suministro.

El aumento de los nacionalismos es otro factor que fomenta la desglobalización. Este fenómeno se refleja en el auge de los movimientos populistas, proteccionistas y autoritarios, que cuestionan el orden mundial establecido y promueven agendas basadas en el aislamiento, la confrontación y la xenofobia. Estos movimientos erosionan la confianza y la cooperación entre los países, y generan barreras y conflictos que dificultan el flujo de personas, bienes, servicios y capitales.

La fragmentación de las cadenas de suministro es otro factor que contribuye a la desglobalización. Esta fragmentación implica una pérdida de eficiencia y de competitividad, y un aumento de los costes y de los riesgos.

¿Qué significa todo esto para los inversores en criptomonedas?

Las cuatro tendencias que he descrito tienen implicaciones importantes para los inversores en criptomonedas. Por un lado, hay factores que favorecen la demanda y el valor de las criptomonedas, como la desinflación, la deuda y la desglobalización. Por otro lado, hay factores que perjudican la demanda y el valor de las criptomonedas, como la desaceleración económica y el aumento de los tipos de interés.

Por lo tanto, los inversores en criptomonedas deben estar atentos a la evolución de estos factores, y adaptar sus estrategias en consecuencia. No hay una respuesta única o definitiva sobre cómo invertir en criptomonedas en 2024. Dependerá de la tolerancia al riesgo, el horizonte temporal y los objetivos de cada inversor.

Ahora bien, todo parece indicar que la economía mundial en 2024 estará marcada por cuatro tendencias: desaceleración, desinflación, deuda y desglobalización.

Arca.News

Fuente: cointelegraph / GUSTAVO GODOY

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