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“Una festividad pagana de la Antigua Roma originó la Navidad tal y como la conocemos”

– National Geographic, orígenes de la Navidad[1]


Saturnavidad

Se acerca esa época del año. La ciudad se viste de rojo y verde, el calor del hogar se siente en cada rincón, las filas para comprar regalos comienzan a alargarse, y Mi Pobre Angelito vuelve a aparecer, por enésima vez, en las pantallas de televisión. Los villancicos llenan el aire, los comerciales con el Viejito Pascuero invaden las pausas publicitarias, y, como ya es costumbre, los influencers, canales de historia y divulgadores en general llegan para aguarle la fiesta a los cristianos. “¿Sabías que la Navidad tiene un origen pagano?”, “¿Podrías regalarme cinco minutos para hablar de los Saturnales y el origen de la Navidad?”, “El Viejito Pascuero es un invento de Coca-Cola”, “El árbol de Navidad proviene de los druidas, quienes hacían sacrificios durante el solsticio de invierno y dejaban sus ofrendas bajo los pinos”.

Como ocurre típicamente en Halloween, la maquinaria mediática se apresura a gritar “fiesta pagana” y a trazar paralelos entre la Navidad y otras celebraciones, intentando argumentar que el cristianismo no es una religión noble, sino un simple “copia y pega” de tradiciones paganas con un rostro renovado. Entre las festividades más citadas como origen de la Navidad se encuentran el Sol Invictus, Yule y, por supuesto, la Saturnalia.

Basándome en la última investigación histórica que realicé sobre el Día de Todos los Santos, esta vez quiero profundizar en los Saturnales para descubrir qué tan cierto es el supuesto origen pagano de la Navidad o, al menos, su asociación con esta festividad.

En primer lugar, me gustaría enumerar los distintos puntos en común que mencionan diversos artículos en internet para argumentar que esta es la festividad de la que deriva la Navidad:

  1. “[…] calles adornadas con guirnaldas junto a largos y generosos banquetes, regados de abundante vino. Intercambio de regalos y una cierta condescendencia moral derivado del optimismo reinante.”[1]
  2. “El solsticio de invierno era en honor de Saturno, […] en los que evitaba cualquier tipo de disputa y todo eran ofrendas, banquetes, regalos y bacanales. “[2]
  3. “En las fiestas Saturnales, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz […]. Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos […] como los que se hacen en la fiesta de la Navidad.[3]

Según nos relatan los aficionados a la historia y expertos de medios como National Geographic, la Saturnalia parece cumplir con requisitos casi increíblemente perfectos en su relación con la Navidad. Afirman que:

  1. Se celebra durante el solsticio de invierno.
  2. Se decoraba con guirnaldas y ramas de árboles.
  3. La gente intercambiaba regalos.
  4. Se organizaban banquetes.
  5. Predominaba un ambiente de relajación y condescendencia moral.

Podría parecer que solo falta añadir al Viejito Pascuero y un buen pavo asado para que sea Navidad. Sin embargo, antes de admitir esta conclusión, me gustaría profundizar en lo que los historiadores y académicos tienen que decir sobre los Saturnales. Después de todo, ninguna de las fuentes mencionadas anteriormente ofrece citas, referencias ni documentación que valide sus afirmaciones.

Saturnalia (o los Saturnales) era un festival celebrado por los antiguos Romanos a mediados del invierno en honor al dios Saturno.[4] La mayoría de las costumbres asociadas con esta festividad se centraban en la inversión de reglas y roles sociales.6 En tiempos modernos, en localidades de habla inglesa, el término

“saturnalian” se asocia con “un período de excesos y celebración desenfrenada.[5]Según el poeta latino Catulo, quien la describió como “los mejores días”, la Saturnalia era posiblemente la festividad más popular de la época.[6] La fecha en la cual se celebraba esta festividad era el 17 de diciembre, (Día en el que fue dedicado el templo a Saturno)[7]. Aunque podía extenderse hasta un máximo de siete días (hasta el 23 de diciembre), las celebraciones estrictamente religiosas tenían lugar el primer día.[8]  

Con respecto a los puntos mencionados anteriormente, me gustaría ofrecer una respuesta basada en las fuentes previamente citadas.  

En primer lugar, no, la Saturnalia no se celebraba en el solsticio de invierno.

La fecha estrictamente religiosa era el 17 de diciembre, y aunque las celebraciones podían extenderse hasta siete días más, esto no alcanzaba al solsticio, que para los romanos era una fecha concreta: la noche entre el 24 y el 25 de diciembre.  

En segundo lugar, no hay evidencias en ninguna fuente de decoraciones con guirnaldas, ramas, o incluso piñones, como vi en alguna publicación del History Channel. Por lo tanto, la decoración tan distintivamente Navideña no viene de los Saturnales, cualquier tipo de intento por argumentar lo contrario, es un mero invento.  

Respecto al tercer punto, si bien es cierto que durante la Saturnalia se intercambiaban regalos, las fuentes señalan que el obsequio más común eran velas, útiles en los días oscuros del invierno.[9] Esto dista mucho de la variedad de regalos que acostumbramos a intercambiar en Navidad. Además, dar regalos no es exclusivo de la Navidad; muchas celebraciones religiosas y laicas alrededor del mundo incluyen esta práctica (como el Día de la Madre o el Día del Niño). Por ello, no considero que esta costumbre represente un paralelismo sólido.

En cuanto al cuarto punto, organizar banquetes o compartir comidas significativas es una práctica universal en las celebraciones humanas, por lo que tampoco representa un vínculo exclusivo con la Navidad.

Por último, el “clima de condescendencia moral” parece una forma peculiar de referirse al ambiente desenfrenado y festivo de la Saturnalia, que incluía excesos y consumo de alcohol. La práctica principal era la inversión de roles sociales: los amos servían a los esclavos, quienes ese día podían comportarse de manera ruda o insolente sin temor a represalias.[10] También era común elegir a un “rey” por un día, una figura similar al Rey Bufón del Jorobado de Notre Dame o al Rey Guachaca en Chile, quien podía dar órdenes que debían ser obedecidas, como bailar desnudo o cumplir penitencias humorísticas.13.

En conclusión, la Saturnalia era una festividad caracterizada por el desenfreno, la inversión de roles sociales, las bacanales y la devoción al dios Saturno en agradecimiento por las cosechas. Esto contrasta profundamente con lo que entendemos por Navidad: una celebración familiar enfocada en conmemorar la encarnación del Verbo, el Dios hecho hombre, que vino a morir por nuestra salvación.

Es lamentable cómo, en la actualidad, basta con establecer un marco lo suficientemente amplio para trazar paralelismos entre una festividad cristiana y prácticamente cualquier celebración pagana.

Más allá de la necesidad de realizar una investigación para demostrar la veracidad y singularidad del culto cristiano, a dos mil años del nacimiento de nuestro Señor, siempre es un buen ejercicio reforzar nuestra fe al saber que se basa en hechos históricos reales, y no en reinterpretaciones de símbolos místicos o paganos.

Y así como no necesitamos convencer a nuestros hijos de que crean en el Viejito Pascuero, aunque no exista (¿o tal vez sí existió?), sí podemos asegurarles que nuestro Dios vino en carne y divinidad para cargar nuestros pecados en esa cruz.

“Convocad las solemnidades individuales de las naciones y sumad todas vuestras fiestas, no podrán hacer un Pentecostés.”

Tertuliano, Sobre la Idolatría XIV

Feliz Navidad, Un admirador del nacimiento de Cristo.


[1] Saturnalia: El origen de la Navidad en la Antigua Roma, https://lamanchawines.com/saturnalia-elorigen-de-la-navidad-en-la-antigua-roma/

[2] El origen pagano de la Navidad: saturnales romanos y un banquete vikingo, https://www.muyinteresante.com/historia/35633.html

[3] Las Saturnales, descubre el verdadero origen de la Navidad, https://www.losviajerosdeltiempo.com/las-saturnales/

[4] Gulevich, Tanya (2003), Encyclopedia of Christmas & New Year’s Celebrations, 2nd Edition, p.711 6 Idem

[5] Henderson, Helen (1997), Holidays, Festivals, and Celebrations of the World Dictionary, p.502

[6] Citado por Hayes, Howard (1981), Festivals and Ceremonies of the Roman Republic, p.205

[7] Hayes, Howard (1981), Festivals and Ceremonies of the Roman Republic, p.206

[8] Hayes, Howard (1981), Festivals and Ceremonies of the Roman Republic, p.205

[9] Hutton, Ronald (1996), The Stations of the Sun, p.29

[10] Gulevich, Tanya (2003), Encyclopedia of Christmas & New Year’s Celebrations, 2nd Edition, p.712 13 Idem

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