Esto es inaceptable. En razón de sendas columnas publicadas en “El Líbero” (ya denunciadas por mí en una carta al director enviada a “Revista Individuo”: https://www.revistaindividuo.cl/cartas-al-director/perdidisimo), aludí a que el politólogo, Patricio Navia, habría perdido el camino, pues, sin duda alguna, sus críticas hacia el anticomunismo de la derecha, que habría llevado a este sector a despotricar contra la elección de Karol Cariola (PC) como presidenta de la Cámara y a moverse como una oposición, supuestamente, poco razonable, carecían de fundamento. Sin embargo, si alguien tuvo por desproporcionadas o injustas mis críticas, con la última columna de Navia (https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/gabriel-boric-el-complice-pasivo-de-la-violencia/) debieran quedar todas las dudas disipadas. Pretender que el presidente solo es un cómplice pasivo en el proceso que gestó el “odio de sangre” que algunos tienen contra Carabineros, en especial desde lo ocurrido el 18-O, habiendo evidencia clara de que el entonces diputado apoyó, si bien no de palabra, sí en acto, la campaña de desprestigio a la institución, haciendo gala, incluso, de una imagen alusiva a ello en su computadora personal, parece, en definitiva, de una deshonestidad brutal. Las anteriores columnas y esta última ya podrían ser encuadradas dentro del contexto de una operación política que pretende una “limpieza de imagen” en favor del presidente. Quizá ya estamos en presencia de cómo se empieza a crear un ambiente fáustico, aquel necesario para llegar a acuerdos con el diablo y sacar adelante una agenda legislativa claramente nociva para el país. Lamentable.