Un tribunal boliviano ha ordenado la detención del expresidente Evo Morales después de que no se presentara por segunda vez a una audiencia en la que se debía resolver una solicitud de prisión preventiva en su contra por el presunto caso de trata de una menor durante su mandato. Morales ha sido declarado en “rebeldía” y se ha emitido un mandamiento de aprehensión, además de la anotación preventiva de sus bienes y la congelación de sus cuentas.
La defensa de Morales alegó problemas de salud, presentando certificados médicos que indicaban que sufría de bronconeumonía y bradicardia. Sin embargo, el juez consideró que estos argumentos no eran válidos para justificar su inasistencia. La fiscalía acusa a Morales de mantener una relación con una menor de edad con la que tuvo un hijo en 2016, cuando la presunta víctima pertenecía a un grupo político juvenil creado durante su presidencia.
El abogado de Morales ha calificado el proceso como “ilegal” y ha afirmado que su cliente es víctima de persecución política. Morales, por su parte, ha denunciado que es víctima de una “justicia parcializada y servil” al gobierno de su exaliado Luis Arce. Actualmente, Morales se encuentra en el Trópico de Cochabamba, su principal bastión político y sindical, bajo la protección de sus seguidores.
La situación ha agravado la relación entre Morales y el presidente Arce, quienes están distanciados desde finales de 2021 debido a diferencias políticas. La fiscalía ha señalado que el juicio se suspenderá hasta que Morales se presente ante el tribunal.